sábado, 3 de diciembre de 2016

MI VIGÉSIMO SEXTA CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN.

EVANGELIOS PARA ANALFABETOS.
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Llegados a este punto surge una pregunta espontánea:
¿Los evangelios son tan difíciles de interpretar? ¿No han sido escritos con un lenguaje accesible a todos?
Ciertamente es así.
Los evangelios no han sido escritos para ser leídos, sino oídos, dado que la mayor parte de los primeros creyentes eran analfabetos (Hch 4,13).
Los evangelistas, literatos idóneos de las comunidades cristianas, transmitían sus escritos a otras comunidades donde el lector, persona de cultura expresamente encargada para ello (Ap 1,3) no se limitaba a leer el texto, sino que lo interpretaba y lo explicaba a la gente.
En un lugar particularmente difícil del evangelio de Marcos, el autor hace expresamente una advertencia: "Que el lector preste atención» (Mc 13,14).
Naturalmente para vivir en plenitud el mensaje de Jesús es suficiente incluso una lectura no profunda.
Expresiones como "Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan. (Lc 6,27) no necesitan tanto de explicación cuanto de ser llevadas a la práctica.
Pero si se quiere comprender -lo que es la anchura y largura, la altura y profundidad- (Ef 3,18) del amor del Padre contenido en la Escritura es necesario un trabajo de investigación. Los evangelistas de hecho no presentan un relato histórico de lo que Jesús realizó, sino una teología de lo que la comunidad puede hacer: no una vida de Jesús, sino su significado en la vida de la comunidad. No hechos extraordinarios para suscitar la admiración en el lector, sino una invitación para continuar la obra de Jesús (Jn 14,12).

Alberto Maggi.

HUESOS PARA PROBAR NUESTRA FE.



Un intelectual cristiano que consideraba que la Biblia es literalmente verdadera hasta en sus menores detalles, fue abordado en cierta ocasión por un colega que le dijo: “Según la Biblia, la tierra fue creada hace cinco mil años aproximadamente. Pero se han descubierto huesos que demuestran que la vida ha existido en este planeta durante centenares de miles de años”.

La respuesta no se hizo esperar: “Cuando Dios creó la tierra, hace cinco mil años, puso a propósito esos huesos en la tierra para comprobar si daríamos más crédito a las afirmaciones de los científicos que a su sagrada Palabra”.

Una prueba más de que las creencias rígidas conducen a distorsionar la realidad.

CORRIGE LA LEY Y SU INTERPRETACIÓN. Mt 5,21-26.
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21 Os han enseñado que se mandó a los antiguos: "No matarás (Éx 20,13), y si uno mata será condenado por el tribunal".
22 Pues yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será condenado por el tribunal; el que lo insulte será condenado por el Consejo; el que lo llame renegado será condenado al fuego del quemadero.
                  23 En consecuencia, si yendo a presentar tu ofrenda al altar, te acuerdas allí de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja tu ofrenda allí, ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; vuelve entonces y presenta tu ofrenda.
                 25 Busca un arreglo con el que te pone pleito, cuanto antes, mientras vais todavía de camino; no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no pagues el último cuarto.

EXPLICACIÓN.

21 - 26.       Jesús ataca la concepción de la Ley mantenida por los letrados. Seis antítesis. No pretende radicalizar la Ley de Moisés, sino, frente a ella, sacar las consecuencias que derivan de un principio mucho más exigente: el bien del hombre y la sociedad de amor mutuo.

                  No basta abstenerse de la acción (matar), la actitud (estar peleado) (22) merece ya el juicio. Se manifiesta en el insulto; cuando llega a excluir al otro del propio trato (renegado), merece la pena definitiva, simbolizada por la destrucción del fuego. La buena relación con los hombres tiene precedencia sobre la relación con Dios expresada en el culto (23s). Cuando no se ataja la discordia, sus efectos pueden ser extremos (25).


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