LA ORACIÓN DE LA RANA 10. ANTHONY DE MELLO.
Una anciana mujer, verdadera entusiasta de la jardinería, afirmaba que no creía
en absoluto en ciertas predicciones que auguraban que algún día lograrían los
científicos controlar el tiempo atmosférico. Según ella, lo único que hacía
falta para controlar el tiempo era la oración.
Pero un verano, mientras ella se encontraba de viaje por el
extranjero, la sequía azotó el país y arruinó por completo su precioso jardín.
Cuando regresó, se sintió tan trastornada que cambió de religión.
Debería haber cambiado sus estúpidas
creencias.
LA
EXPOSICIÓN DEL MENSAJE: EL PARALÍTICO. Mc 2,1-13.
(Mt 9,2-8; Lc
5,17-26)
2 1Entró de nuevo en
Cafarnaún y, pasados unos días se supo que estaba en casa. 2 Se congregaron
tantos que ya no se cabía ni a la puerta, y él les exponía el mensaje.
3Llegaron llevándole un paralítico
transportado entre cuatro. 4Como no podían acercárselo por causa de la
multitud, levantaron el techo del lugar donde él estaba, abrieron un boquete y
descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.
5Viendo Jesús la fe que tenían, le
dice al paralítico:
-Hijo, se te perdonan tus pecados.
6Pero estaban sentados allí unos
letrados y empezaron a razonar en su interior:
7¿Cómo habla éste así? ¡Está
blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios solo?
8Jesús, intuyendo cómo razonaban
dentro de ellos, les dijo al momento:
-¿Por qué razonáis así? 9¿Qué es más
fácil, decirle al paralítico «se te perdonan tus pecados» o decirle «levántate,
carga con tu camilla y echa a andar»? 1OPues para que veáis que el Hombre tiene
autoridad en la tierra para perdonar pecados... -le dice al paralítico:
11-A ti te digo: Levántate, carga con
tu camilla y márchate a tu casa.
12Se levantó, cargó en seguida con la
camilla y salió a la vista de todos. Todos se quedaron atónitos y alababan a
Dios diciendo:
-Nunca hemos visto cosa igual.
13Salió esta vez a la orilla del mar.
Toda la multitud fue acudiendo a donde estaba él, y se puso a enseñarles.
EXPLICACIÓN.
1-17.
Triptico. a) (2,1-13). Jesús vuelve sin publicidad a Cafarnaún (cf. v. 45). La
casa (gr. oikos), figura de «la casa de Israel" (1). Gran concurso de
gente. Jesús expone el
mismo mensaje proclamado por el leproso curado (v. 45), la apertura universal del
reinado de Dios (2). Se escenifica el mensaje en la curación del paralítico, figura de la
humanidad fuera de Israel: ésta acude a «la casa de Israel» buscando su
salvación en Jesús. El paralítico y
sus portadores representan dos aspectos de esa humanidad: los cuatro portadores
(alusión a los cuatro puntos cardinales, universalidad) manifiestan su
anhelo de salvación; el paralítico, incapaz de valerse por sí mismo, su
situación prácticamente de muerte (3). Rompen el cerco judío (4). Jesús
ve la fe de los portadores (revelada en sus acciones), pero habla sólo al
paralítico (prueba de la identidad de unos y otro). La fe o adhesión a Jesús y a su mensaje no sólo
cancela el pasado de injusticia (5, cf. 1,4), sino que da vida
(Espíritu, cf. 1,8) al hombre (12).
Jesús, el Hombre-Dios, ejerce en la tierra (universalidad) las
funciones de Dios mismo (10). Los letrados allí sentados (6) representan la doctrina teológica
oficial, que domina aún la mente de los presentes; se resisten a aceptar que un hombre pueda actuar como Dios
(7); el Hombre, el que posee la plenitud del Espíritu de Dios (1,10) (8-10).
Contacto del Reino con los paganos, no para derrotarlos (mesianismo davídico),
sino para darles vida. La
humanidad no judía no tiene que incorporarse a Israel (oposición entre
en casa, v. 1, y tu casa, v. 11). La gente no sólo queda admirada (12), sino
que acepta este mensaje de Jesús y vuelve a escuchar su enseñanza. El mar,
apertura al mundo pagano (13, cf. 1,16).