"Vuestros líderes
religiosos están tan ciegos y confundidos como vosotros", dijo el Maestro.
"Cuando tienen que hacer frente a los problemas de la
vida, lo más que proponen son respuestas sacadas de un Libro.
Pero la Vida es demasiado grande como para caber en un
Libro".
Y para ilustrarlo contó el caso del atracador que dijo a su víctima:
"¡Esto es un atraco!
Deme todo el dinero que lleve encima; de lo contrario..."
"De lo contrario, ¿qué?"
"¡Hombre,
no me aturulle usted...: éste es mi primer trabajo...!"
EN TERRITORIO JUDÍO. LA HIJA DE JAIRO. EL ISRAEL
SOMETIDO A LA INSTITUCIÓN. Mc 5,21-6,1a
(Mt 9,18-19;
Lc 8,40-42a)
21Cuando
Jesús atravesó de nuevo al otro lado, gran multitud de gente se congregó adonde
estaba él, y él se quedó junto al mar.
22Llegó un
jefe de sinagoga, de nombre Jairo, y al verlo cayó a sus pies, 23rogándole con
insistencia:
-Mi hijita
está en las últimas; ven a aplicarle las manos para que se salve y viva.
24aJesús se
fue con él.
La mujer con
flujos: El Israel marginado (Mt 9,20-22; Lc 8,42b-48)
24bLo seguía
gran multitud de gente, apretujándolo.
25Una mujer
que llevaba doce años con un flujo de sangre, 26que había sufrido mucho por
obra de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía sin aprovecharle
nada, sino más bien poniéndose peor, 27como había oído hablar de Jesús,
acercándose entre la multitud, le tocó por detrás el manto. 28Porque ella se
decía: «Si le toco aunque sea la ropa, me salvaré». 29Inmediatamente se secó la
fuente de su hemorragia, y notó en su cuerpo que estaba curada de aquel
tormento.
30Jesús,
dándose cuenta interiormente de la fuerza que había salido de él, se volvió
inmediatamente entre la multitud preguntando:
-¿Quién me
ha tocado la ropa?
31Los
discípulos le contestaron:
-Estás
viendo que la multitud te apretuja ¿y sales preguntando «quién me ha tocado»?
32El miraba
a su alrededor para distinguir a la que había sido. 33La mujer, asustada y
temblorosa, consciente de lo que le había ocurrido, se acercó, se postró ante
él y le confesó toda la verdad. 34Elle dijo:
-Hija, tu fe
te ha salvado. Márchate en paz y sigue sana de tu tormento.
Nueva vida
para la hija de Jairo/Israel (Mt
9,23-26; Lc 8,49-56)
35 Aún
estaba hablando cuando llegaron de casa del jefe de sinagoga para decirle:
-Tu hija ha
muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?
36pero
Jesús, sin hacer caso del mensaje que transmitían, le dijo al jefe de sinagoga:
-No temas;
ten fe y basta.
37No dejó
que lo acompañara nadie más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
38Llegaron a la casa del jefe de sinagoga y contempló el alboroto de los que
lloraban gritando sin parar. 39Luego entró y les dijo:
-¿Qué
alboroto y qué lloros son éstos? La chiquilla no ha muerto, está durmiendo.
40Ellos se
reían de él.
Pero él, después
de echarlos fuera a todos, se llevó consigo al padre de la chiquilla, a la
madre y a los que habían ido con él y fue a donde estaba la chiquilla.
4ICogió a la
chiquilla de la mano y le dijo:
-Talitha,
qum (que significa: «Muchacha, a ti te digo, levántate»).
42Inmediatamente
se puso en pie la muchacha y echó a andar (tenía doce años). Se quedaron viendo
visiones.
43Les
advirtió con insistencia que nadie se enterase y encargó que se le diera de
comer.
6 1ªy salió
de aquel lugar.
EXPLICACIÓN.
5,21-6,1ª.
Tríptico. La situación de Israel y la alternativa de Jesús.
a)
(5,21-24a): La multitud
judía acude a Jesús, el que ha roto con la institución, mostrando su
descontento con ésta y aceptando el contacto de Jesús con los paganos (21). La multitud se desdobla en dos
personajes: la hija de Jairo, que representa el pueblo sometido a la institución (jefe de
sinagoga), y la
mujer con flujos, que
representa al pueblo marginado por ella (impura). El pueblo sometido
a la institución (hijita del jefe de sinagoga; cf v. 42: doce años) está
en peligro de muerte. El jefe de sinagoga (cargo) no encuentra
remedio en su sistema y opta como persona (Jairo) por acudir a Jesús,
el excomulgado por ella.
b)
(5,24b-34). Otra multitud, ésta de seguidores (lo seguía, cf.
2,15) que no proceden de la institución judía (cf. 3,32.34; 4,10: «los
que estaban en torno a él»: su cercanía y adhesión a Jesús están expresadas
aquí por apretujándolo) (24b). Mujer impura por su enfermedad (Lv
15,25-30), enferma y estéril, que representa al Israel (25: doce años) marginado
por la institución. Mientras ha aceptado la marginación que le impone la
Ley, no ha encontrado solución. Ahora, mezclada con el grupo no israelita, viola
la Ley que le prohibía tocar a Jesús (27-28). Es decir, los marginados de
Israel encuentran en Jesús una alternativa a su situación (cf. 1,39-45). La
fuerza de vida que sale de Jesús, el Espíritu. Hija (cf. Sof 3,14; Zac 9,9:
«hija de Sión»). A nivel narrativo, curación; a nivel teológico, salvación por
la fe.
c)
(5,35-6,1): No hay
situación desesperada para la fe. La muerte significa que este pueblo sometido
a la institución, al abandonarla por no poder sufrir más su opresión, queda sin
alternativa, sin acceso a Dios y excluido de su sociedad (cf. 6,34). Jesús le ofrece la alternativa que
necesita (35-36). Los tres discípulos que forman el primer grupo de la
lista de los Doce, los más recalcitrantes (cf. 3,16s) (37). Las designaciones de la niña van
cambiando: en
boca de Jairo, mi hijita, dependencia y cariño (23); los emisarios, tu hija, dependencia
(35); Jesús, la chiquilla,
pequeñez, pero no dependencia (40.41), y muchacha (casadera), independencia, porvenir fecundo (41.42); Jesús, que le da vida y
fecundidad, es «el Esposo»
(2,19). La orden que nadie se entere, imposible a nivel histórico,
muestra el sentido teológico de la perícopa. La inmadurez de este'
pueblo hace que no pueda enfrentarse aún con las consecuencias de la adhesión
pública a Jesús, tiene que crecer (que se le diera de comer).
No hay comentarios:
Publicar un comentario