sábado, 17 de diciembre de 2016

MI VIGÉSIMO OCTAVA CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN.

FRASES.Resultado de imagen de personas que aman a otras personas

1 FRASE.
Cuantos ponen por amor su propia vida al servicio de otros experimentan constantemente la presencia de Jesús en su existencia, sin tener necesidad de experiencias extraordinarias. Alberto Maggi.

2 FRASE.
La verdadera diferencia religiosa      no es la diferencia entre quienes dan culto y quienes no lo dan, sino entre quienes aman y quienes no aman. Miguel Ángel Ortega.

3 FRASE.
1 Jn 4,7-8. 
 7Amigos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. 8El que no ama no tiene ni idea de Dios, porque Dios es amor.

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Religión o vida.
Cristo no delimita un sector de la existencia para dedicarlo a Dios, pide la existencia entera. La moral es el modo de vivir, y ése es también el testimonio y el culto. Cristo muestra la posibilidad de un nuevo modo de vida, sin sacar al hombre de su marco histórico, pero cambiando su actitud. No crea una nueva historia, da meta e impulso a la única historia. Si la ruta en el tiempo de los grupos cristianos se llama historia de la Iglesia, la ruta de la humanidad entera debería llamarse historia del reino de Dios, y en ella es donde operan los cristianos. Religión se refiere a ciertas actividades, vida es la existencia global; y la vida cristiana es vida humana orientada al bien de los demás y al testimonio en el mundo del amor de Dios. Toda manifestación del hombre, desde la política hasta el arte y el trabajo, entra en la esfera cristiana.

Por eso la revelación de Cristo no es para san Juan una doctrina superior ni una enseñanza conceptual sobre Dios y el hombre; no se percibe tampoco únicamente con las herramientas intelectuales: "Lo que oímos, lo que vieron nuestros ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos... porque Vida se manifestó y nosotros la vimos, damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna que estaba de cara al Padre y se nos manifestó" (1 Jn 1,1-2).

Esa vida, que es eterna, viene a realzar, a dinamizar y a dar permanencia a toda la vida del hombre.

Si se quiere agudizar el contraste, cabe decir que Cristo llama a la vida y la hace posible; lo de antes era muerte, fundado como estaba en el odio y la rivalidad, en la alienación y la ruptura. El propósito de Dios en Cristo es que el hombre lo sea plenamente, en todas sus dimensiones. Dios no se equivocó en su primera creación, no tiene por qué corregirla, pero quiere llevarla a plenitud, dando la salud al mundo, para que tenga vida y le rebose (Jn 10,10). No postula prácticas, observancias u homenajes; si el hombre es libre, responsable, solidario, servicial, sincero, eso es lo que Dios quiere.Para ello le da su Espíritu que lo lleva adelante. Algunos, los que él llame, reconocerán de dónde viene la ayuda y sabrán el nombre del dador; pero eso a Dios no le corre prisa, llegará en su momento. Lo que le interesa de verdad es que el hombre encuentre una vida humana en la relación fraterna con su semejante.

Es necesario que haya creyentes para empezar ese género de vida, para que sean levadura de la sociedad y también para que la energía de la fe impida que decaiga el empeño del amor; pero no hace falta que toda la humanidad sea cristiana, basta un catalizador en el mundo.

Supuesto el propósito de Dios, los que practican el amor del prójimo están más cerca del reino que los que sólo tienen fe religiosa e inactiva. El amor al prójimo es el que salva; así aparece en la escena del juicio. En cambio, quien sólo sabe decir: "Señor, Señor", pero no lo traduce en acciones, no será admitido.Resultado de imagen de dios amor

Si Dios es amor, únicamente quien ama se parece a él, y eso es lo que él espera. Todo el que practica el amor es hijo de Dios; aunque no lo sepa, lleva el parecido en la cara. El cristiano sabe además de quién es hijo, se lo ha enseñado el Hijo primogénito, el hermano mayor, que conoce al Padre y nos hablado de él (Jn 1,18; 3,32).

Por eso, ser cristiano es vivir de modo que el amor que Dios derrama en lo interior salga fuera y queme. Usando otra metáfora, es labor de acuñadores; el oro lo tenemos, Dios lo da. Hay que hacerlo moneda para irlo repartiendo. Algunos poseen el lingote sin saber de quién viene; hasta que lo acuñen y repartan, eso es lo que Dios pretende.

En consecuencia, es obligación del cristiano alabar a todo acuñador que encuentre y cooperar con él. Si se presenta la ocasión, podrá explicarle quién proporciona el oro, pero lo importante es que se distribuya; de llamar a la fe se encarga Dios. Además, los quilates del amor no se miden por la fe explícita; había uno que expulsaba demonios usando el nombre de Jesús, pero que no pertenecía a su grupo; los Zebedeos quisieron impedírselo, pero el Señor se opuso: "No se lo impidáis, quien no está en contra de vosotros está en favor vuestro" (Lc 9,49-50). No hay que interceptar el bien en nombre de la fe, que es la motivación consciente del amor mutuo. En todo caso, si alguien practica el amor desinteresado a los demás es porque Dios se lo ha dado, y Dios conoce los quilates de su oro.
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domingo, 11 de diciembre de 2016

MI VIGÉSIMO SÉPTIMA CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN.

ESTERILIDAD.

El Maestro detestaba con toda su alma las pláticas espirituales, que él denominaba "perlas de sabiduría".

"Pero, si son perlas, ¿por qué las desprecias?", le preguntaron sus discípulos.

"¿Habéis oído alguna vez que las perlas crezcan si se las planta en un campo?" fue la respuesta.

SE ANUNCIA EL NACIMIENTO DE JESÚS. Lc 1,26-38.
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26 A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea que se llamaba Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
28 Entrando adonde estaba ella, el ángel le dijo:
- Alégrate, favorecida, el Señor está contigo.
29 Ella se turbó al oír estas palabras, preguntándose qué saludo era aquél.
30 El ángel le dijo:
- No temas, María, que Dios te ha concedido tu favor.
31 Mira, vas a concebir en tu seno y a dar a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús.
32 Éste será grande, lo llamarán Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su antepasado;
33 reinará para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.
34 María dijo al ángel:
-¿Cómo sucederá eso, si no vivo con un hombre?
35 El ángel le contestó:
- El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, al que va a nacer lo llamarán "Consagrado", "Hijo de Dios".
36 Y mira, también tu pariente Isabel, en su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses,
37 porque para Dios no hay nada imposible.
38 Respondió María:
- Aquí está la sierva del Señor; cúmplase en mi lo que has dicho.
Y el ángel la dejo.

EXPLICACIÓN.

La concepción de Juan estaba en paralelo con la de Isaac; la de Jesús lo está con la creación de Adán. Nace de Dios mismo y es principio de una nueva humanidad.

Nazaret (26), nunca nombrado en el AT: lugar no ligado a promesa o expectación mesiánica alguna; esta intervención divina no va a representar una continuidad con el pasado. Galilea, la provincia alejada del centro de la institución judía. La escena no se desarrolla en ambiente oficial: no en el templo, sino en una casa; su protagonista no es un sacerdote, sino una virgen (27) sin genealogía ni mención de observancia (cf. 1,6). Sentido teológico de la virginidad: la absoluta fidelidad a Dios (por oposición a la esposa "adúltera" o "prostituida", figuras del pueblo extraviado, cf. Os 2,4ss; Jr 3,6-13; Ez 16). María representa a "los pobres" de Israel, sin relieve social.
Saludo de alegría (cf. Zac 9,9; Sof 3,14), horizonte de salvación (28). Favorecida: la que goza del pleno favor divino; amor de Dios a los israelitas fieles; el Señor está contigo: fórmula usual en Lucas para indicar la solicitud de Dios por un determinado personaje (Lc 1,66; Hch 7,9; 10,38; 11,21; 18,10; cf. Dt 2,7; 20,1, etc). El saludo no provoca temor (cf. 1,12).
Te ha concedido un favor (30: cf. Gn 6,8; Jue 6,17, etc.); Dios miró a Israel con favor en el momento de su elección; la fidelidad de este Israel pobre le asegura ese favor en el presente. José, el descendiente de David (27), no tiene papel alguno en el plan anunciado por el ángel, Jesús (31) = Dios salva; será María quien imponga nombre a su hijo (cf. 1,13), es decir, éste continuará la línea de la madre, no la de José. Hijo del Altísimo (designación divina de alcance universal) (32), no de David, ni de otro padre humano; "ser hijo", no significa solamente nacer por obra de un padre, sino sobre todo heredar la tradición que éste transmite y tener por modelo de comportamiento al padre; no será David el modelo de Jesús; su mensaje vendrá directamente de Dios, su Padre, y sólo éste será modelo de su comportamiento. Grande, por su filiación divina (no sólo "a los ojos del Señor", cf. 1,15); lo llamarán, lo será y será reconocido por tal. David, su padre/antepasado; le corresponde la herencia de David (a través de José), pero el trono no lo obtendrá por pertenecer a su estirpe, sino por decisión de Dios (32; le dará, no "heredará"). En Jesús se cumplirá la promesa dinástica /2 Sm 7,12), pero no será el hijo/sucesor de David (Lc 20,41-44); sino algo completamente nuevo, aunque igualmente perpetuo (Dn 2,22; 7,14). La casa de Jacob (33), las doce tribus, el Israel escatológico.
María no pide pruebas (cf. 1,18), pregunta el modo como esto puede realizarse (34). No vivo con un hombre (lit. "no estoy conociendo varón"): el Israel fiel no espera vida/fecundidad de los hombres, ni siquiera de la línea davídica (José), sino sólo de Dios, aunque no sabe cómo.
Diferencia con Juan Bautista: éste recibe el Espíritu Santo antes de nacer (1,15); Jesús es concebido por obra del Espíritu, la fuerza creadora de Dios (35: fuerza del Altísimo). Te cubrirá con su sombra: se insinúa la idea de "la gloria de Dios" (Éx 40,38; "nube", presencia activa de Dios). La concepción, nuevo acto creador (Espíritu Santo): nace un nuevo Adán, comienza una nueva humanidad. Consagrado, Hijo de Dios, designaciones mesiánicas (Sal 2,7; Lc 4,34). El ángel añade una señal: la fecundidad de Isabel, vieja y estéril, es prueba de la fuerza creadora de Dios (36s).

María no es "una sierva", sino la sierva del Señor (38), representado al Israel fiel (Is 48,8.9.20; 49,3; Jr 46,27s). Su fe contrasta con la incredulidad de Zacarías (1,20).

ALEGRÍA.


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Característica de los tiempos mesiánicos (Is 51,3; 65,18s; Lc 1,14.28; 2,10; Mt 2,10; Jn 3,29), fruto del Espíritu Santo (Lc 10,21; Hch 13,52; Gál 5,22) y, como tal, rasgo de la vida cristiana (Flp 3,1; 4,4; 1 Tes 5,16); incluso la persecución es motivo de alegría (Mt 5,12; Lc 6,23; Hch 5,41; 2 Cor 7,4; Col 1,11.24; 1 Tes 1,6; Hch 10,34; 1 Pe 1,8; 4,13), por ser prueba de fidelidad a Jesús (Jn 15,18-20).

Señal de que Dios reina en el hombre (Rom 14,17) y don de Dios (Rom 15,13). Clima de la comunidad cristiana (Hch 11,23; Rom 15,32; 2 Cor 2,3; Flp 1,4.25; 2,17.18.29; 4,1; 1 Jn 1,4); es la alegría misma de Jesús (Jn 15,11; 17,13), diferente de la del mundo (Jn 16,20.22) y tiene por motivo la presencia de Jesús entre los suyos (Jn 16.22.24; 20,20; cf. Mt 28,9; Lc 24,41.52; Flp 3,1; 4,4).

La conversión de un pecador causa alegría en el cielo (Lc 15,7.19.32; cf. Mt 18,13). El encuentro con el reino de Dios produce alegría desbordante (Mt 13,44) y el Reino de DIos produce alegría desbordante (Mt 13,44) y el Reino futuro se compara a una fiesta (Mt 25, 21-23). A la alegría que proporciona el éxito ha de preferirse la de pertenecer al Reino (Lc 10,17.20). El apóstol coopera a la alegría de todos (2 Cor 1,24) y nada puede quitársela a Pablo (2 Cor 6,10). Esperanza y alegría (Rom 12,12; Heb 12,2).

sábado, 3 de diciembre de 2016

MI VIGÉSIMO SEXTA CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN.

EVANGELIOS PARA ANALFABETOS.
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Llegados a este punto surge una pregunta espontánea:
¿Los evangelios son tan difíciles de interpretar? ¿No han sido escritos con un lenguaje accesible a todos?
Ciertamente es así.
Los evangelios no han sido escritos para ser leídos, sino oídos, dado que la mayor parte de los primeros creyentes eran analfabetos (Hch 4,13).
Los evangelistas, literatos idóneos de las comunidades cristianas, transmitían sus escritos a otras comunidades donde el lector, persona de cultura expresamente encargada para ello (Ap 1,3) no se limitaba a leer el texto, sino que lo interpretaba y lo explicaba a la gente.
En un lugar particularmente difícil del evangelio de Marcos, el autor hace expresamente una advertencia: "Que el lector preste atención» (Mc 13,14).
Naturalmente para vivir en plenitud el mensaje de Jesús es suficiente incluso una lectura no profunda.
Expresiones como "Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan. (Lc 6,27) no necesitan tanto de explicación cuanto de ser llevadas a la práctica.
Pero si se quiere comprender -lo que es la anchura y largura, la altura y profundidad- (Ef 3,18) del amor del Padre contenido en la Escritura es necesario un trabajo de investigación. Los evangelistas de hecho no presentan un relato histórico de lo que Jesús realizó, sino una teología de lo que la comunidad puede hacer: no una vida de Jesús, sino su significado en la vida de la comunidad. No hechos extraordinarios para suscitar la admiración en el lector, sino una invitación para continuar la obra de Jesús (Jn 14,12).

Alberto Maggi.

HUESOS PARA PROBAR NUESTRA FE.



Un intelectual cristiano que consideraba que la Biblia es literalmente verdadera hasta en sus menores detalles, fue abordado en cierta ocasión por un colega que le dijo: “Según la Biblia, la tierra fue creada hace cinco mil años aproximadamente. Pero se han descubierto huesos que demuestran que la vida ha existido en este planeta durante centenares de miles de años”.

La respuesta no se hizo esperar: “Cuando Dios creó la tierra, hace cinco mil años, puso a propósito esos huesos en la tierra para comprobar si daríamos más crédito a las afirmaciones de los científicos que a su sagrada Palabra”.

Una prueba más de que las creencias rígidas conducen a distorsionar la realidad.

CORRIGE LA LEY Y SU INTERPRETACIÓN. Mt 5,21-26.
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21 Os han enseñado que se mandó a los antiguos: "No matarás (Éx 20,13), y si uno mata será condenado por el tribunal".
22 Pues yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será condenado por el tribunal; el que lo insulte será condenado por el Consejo; el que lo llame renegado será condenado al fuego del quemadero.
                  23 En consecuencia, si yendo a presentar tu ofrenda al altar, te acuerdas allí de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja tu ofrenda allí, ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; vuelve entonces y presenta tu ofrenda.
                 25 Busca un arreglo con el que te pone pleito, cuanto antes, mientras vais todavía de camino; no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no pagues el último cuarto.

EXPLICACIÓN.

21 - 26.       Jesús ataca la concepción de la Ley mantenida por los letrados. Seis antítesis. No pretende radicalizar la Ley de Moisés, sino, frente a ella, sacar las consecuencias que derivan de un principio mucho más exigente: el bien del hombre y la sociedad de amor mutuo.

                  No basta abstenerse de la acción (matar), la actitud (estar peleado) (22) merece ya el juicio. Se manifiesta en el insulto; cuando llega a excluir al otro del propio trato (renegado), merece la pena definitiva, simbolizada por la destrucción del fuego. La buena relación con los hombres tiene precedencia sobre la relación con Dios expresada en el culto (23s). Cuando no se ataja la discordia, sus efectos pueden ser extremos (25).